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domingo, 1 de marzo de 2009
Artículo: Patrimonio sonoro
Como el templo que lo cobija, el órgano de tubos de la iglesia parroquial de San Lorenzo de Sevilla constituye una obra importante dentro del rico acervo artístico que encierra nuestra parroquia, en muchos y notables aspectos; entre éstos, y no precisamente de los menos significativos, está el de ser un magnífico y sonoro exponente de la ya larga tradición musical de nuestra parroquia, verdadero patrimonio sonoro. Un legado cultural, artístico y religioso así, que nuestros antepasados han ido custodiando así, y conservando con tanto amor, dificultad y esfuerzo, no sólo tenemos el derecho y deber de conservarlo y protegerlo con delicado y constante esmero, sino acrecentarlo en la medida de nuestras posibilidades.
Entre los instrumentos musicales, ninguno es tan preciado y valorado en el templo como el órgano, pues este complejo artificio de técnica, sonido e interpretación musical llena de majestuosa solemnidad el espacio religioso, eleva el alma a Dios y presta belleza y dignidad a las funciones litúrgicas; las obras de arte musicales, espléndido tesoro y caudal de los mejores sentimientos estéticos, ejecutados en este instrumento, no pueden ser menos que unas verdaderas catequesis sonoras que nos conducirán necesariamente a una nueva dimensión de espiritualidad y goce estético.
Los órganos de tubos o tubulares, sobre todo si éstos son históricos, como es el caso que nos atañe, forman parte indiscutible del patrimonio artístico de la parroquia, localidad, provincia, comunidad o país; además, son casi siempre testigos seguros de los acontecimientos históricos de la comunidad donde éstos se integran. Requisitos indispensables para la conservación, cuidado y promoción han de ser necesariamente el conocimiento de su existencia, tener conciencia de sus valores y funciones tanto cultuales como culturales, así como una mayor consideración y estima hacia ellos.
La progresiva depauperación y falta de recursos económicos de la Iglesia para hacer frente al mantenimiento y conservación de su propio instrumental músico, en especial el de los órganos, ha ocasionado que, por ejemplo, en el transcurso de los últimos 60 ó 70 años, la comunidad autónoma andaluza, de tan larga y fecunda tradición organística, se haya convertido organísticamente hablendo, en un inhóspito cementerio de órganos, o en su defecto, y en la mayoría de los casos, en un colectivo de enfermos muy malheridos o en fase terminal. De los más de 400 órganos tubulares que en la actualidad se pueden inventariar en nuestra comunidad andaluza -de los más de 600 existentes otrora-, dos terceras partes de este número corresponden a instrumentos de los clasificados históricos. Pues bien, con estos datos sobre la mesa de trabajo, y sin temor a equivocarme, se puede decir que tan solo 90 ó 100 de estos instrumentos se mantienen en activo en toda Andalucía, unos en perfecto estado de conservación, y otros con más o menos achaques, fruto de la cada vez más esporádica presencia de la figura del organero conservador.
Por fortuna, nuestro excelso instrumento se escapa de ese largo listado de instrumentos malheridos o en fase terminal, todo ello gracias a las bien llevadas labores de restauración realizadas por el organero madrileño D. Luis del Val Macho que, entre otras consideraciones, c0nsiguió devolver a nuestro instrumento su primitivo esplendor y magnificencia sonora. Corría el año 1980, siendo párroco D. Rafael Pabón a quien, desde estas breves líneas y a título póstumo, debemos agradecer su tesón y pundonor para conseguir los medios económicos necesarios para poder emprender los ya mencionados trabajos de restauración y puesta a punto del instrumento parroquial.
Instrumento importante y bien construído, este venerable instrumento posee gran variedad de recursos y posibilidades a disposición del organista más exigente, y en perfecta consonancia con la finalidad a la que fue destinado y con el templo que lo acoge.
Ubicado en una tribuna alta a los pies de la nave central y frente al altar mayor, domina desde esta privilegiada posición la totalidad del espacio parroquial; la tribuna de madera policromada con decoración rocalla, se comenzó a hacer en abril del año 1782 y fue ejecutada por el artesano local Isidro Ruiz y Rey, mientras la caja o mueble del órgano de claro estilo neoclásico, discreta en decoración y donde predomina el elemento recto en su trazado frente al curvo, fue obra del también artesano local Juan Calero; dicha caja presenta fachadas central y laterales en ángulo, teniendo la central 3 calles, más alta la central, separadas por pilastras estriadas con capiteles corintios, rematándolo t0d0 un frontón triangular y sobre el entablamento ángeles tocando trompetas.
Si conocidos para nosotros son los artífices que ejecutaron tanto la tribuna como la caja del órgano, desconocemos hasta el momento el artesano autor de la parte sonora del instrumento, si bien y por las características de construcción empleadas en la ejecución del instrumento, y a la espera de que algún documento existente en el archivo parroquial nos lo desvele, dicha autoría podría recaer en la figura del organero, artífice entre otros, del muy bien conocido para nosotros órgano del Divino Salvador de Sevilla, D. Juan de Bonn; maltés de nacimiento, apareció en la escena sevillana como miembro del equipo del organero Jorge Bosch, aquel que construiría por aquellos tiempos el órgano del lado de la Epístola de la Catedral sevillana. De ser cierta dicha apreciación, nuestro instrumento debió construirse después de finalizada la obra de la tribuna (1782), y antes del fallecimiento del mencionado organero acaecida en el año 1796.
Por último, decir que nuestro instrumento goza de una talla artística y calidad sonora comparables a la de los mejores órganos existentes en Sevilla, si bien, justo es decirlo, no goza aún del reconocimiento del melómano sevillano, porque sencillamente se le oye muy poco en conciertos y recitales, siendo nuestro deber el de subsanar esta situación. Aparte de esta labor cultural, si tenemos la oportunidad de escucharlo casi todos los domingos del año solemnizando la misa dominical de las 12:00, amén de otros muchos días del año como en la celebración del triduo a San Lorenzo y el triduo a María Santísima del Dulce Nombre.
Miguel Ángel García
Organista titular de la Parroquia de San Lorenzo.
(Publicado en el boletín parroquial Tu Parroquia nº 28 de Julio-Septiembre de 2002).
Etiquetas:
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